En la entrada anterior sobre este álbum incluí los cromos que tengo sobre la Historia Antigua. Hoy tocan los dedicados a la Edad Media. El álbum tenía 284 cromos, y los que compré era un lote suelto por lo que me llama la atención que dio la coincidencia de que coincidía con hechos de los más famosos como se puede comprobar si seguís la lectura:
73-74.- INVASIÓN CATASTRÓFICA.- En el año 409 de J.C. entraron en España
por los Pirineos los suevos, vándalos y alanos. No eran muy numerosos, pero los suficientes
para asolar a su paso todas las ciudades. Tampoco era la primera vez que entraban los suevos.
Los primeros eran germanos occidentales, los segundos germanos orientales y los alanos de
origen iraniano asiático. Su entrada violenta fue una catástrofe inmensa. Durante dos años Es-
paña sufrió los horrores de la invasión y el desorden interno. Cincuenta años después, Idacio
nos la refiere con negros colores: los bárbaros lo llevaban todo a sangre y fuego; la peste aso-
laba el país; el hambre producía tantas víctimas como la enfermedad y las armas; las fieras devo-
raban los cadáveres hacinados, y los hombres mismos se entregaban al canibalismo y se alimen-
taron con la carne de los muertos, ciudades y poblados estaban exhaustos por el rigor de las
exacciones de los agentes del fisco romano y las rapiñas y el ansia de botín de los bárbaros. Los
vándalos y los suevos ocuparon la Galletia, los alanos, la Cartaginense y la Lusitania; los vándalos
silíngos, la Bética. Solo la Tarraconense se vió libre de tanta calamidad. Cuatro años después, un
nuevo pueblo germánico, los visigodos, entrarían en España.
100.- COVADONGA Y LA RECONQUISTA. Lo más fragoso de la Península
es la región cantabro-pirenáica, en la cual vivían pueblos que nunca fueron
sometidos por la Monarquía visigoda, como los vascones. Tampoco los mu-
sulmanes, en su rápida conquista, lograron dominarla. A ella acudieron multi-
tud de fugitivos acuciados por el temor o por el ideal. Y en estas montañas ini-
ciaron la defensa para pasar después al ataque. La resistencia en Asturias fue
iniciada por un noble visigodo, Pelayo, erigido rey por los cristianos. Logró ven-
cer alos musulmanes en Covadonga. Fue la primera victoria de la Reconquista.
113.- EL CID, GRAN VENCEDOR. El Cid personifica las virtudes caba-
llerescas de la Edad Media. El sobrenombre de Campeador significa
vencedor de batallas. Lo ganó desde temprana edad, con la victoria
sobre Palazuelos, villa pretendida por navarros y castellanos. Se deci-
dió que quedara para el vencedor de singular combate. Por parte de
Navarra peleó Jimeno Garcés, uno de los más bravos caballeros de
Pamplona; frente a él Rodrigo de Vivar, joven alférez de Castilla, de
veintitrés años, que por su cargo debía defender los derechos del reino.
Venció el Cid, y su victoria fue celebradísima.
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