Y como final dos interpretaciones de la escena en que el heróico hijo del ingeniero - que tiene 15 años y es el que monta a los elefantes en la estampa ya publicada - dispara contra sus perversos enemigos. El chaval es ya un maestro de las armas y "con todos los chicos de su edad, se había formado una escuadra de pequeños guerreros que le seguían ciegamente en todas las aventuradas peripecias de extrañas expediciones de caza o de exploración en la selva..". Una joyita de chico, vamos.
... armó su mosquete apuntando a la canoa más peligrosa (pág. 181)
ampliación de escena de la contraportada
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