Y el picotazo tuvo sin duda un buen efecto porque la siguiente vez que sabemos algo del niño está nada menos que en la portada del libro de Ciencias Naturales que me tocó estudiar en primero de Bachillerato, en el Colegio Menesianos de Madrid. Le recuperé hace tiempo y he descubierto un pequeño tesoro de imágenes de animales dibujadas por A. Ibarra que espero publicar a futuro porque son francamente buenas.
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