Vuelvo a traer otra postal de Luis, en esta ocasión con su escritura. Reconozco que me encantó la tarjeta - tanto por el dorso como por el reverso - y me quedará siempre la duda de si realmente hubo una tarjeta "perdida" o nuestro escritor particular se despistó en el día del santo de su tía.
Por cierto, me gustaría saber porqué tienen tanta manía a los árboles los dirigentes de nuestra ciudad de las últimas décadas, sobre todo con el sol que hay en Madrid y lo bien que viene la sombra de nuestros amigos en las amplias plazas madrileñas.
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