Aviso a navegantes

 Este año he retomado el Blog - lo que me está dando más placer que trabajo - y estoy revisando también etiquetas y entradas. Con esta de hoy, el sistema me dice que hay ya 3150 entradas publicadas, desde la primera del 5 de febrero de 2010 - 14 años ya, quién lo diría -. Algún año ha tenido cada dia su entrada, otros muchos no fue posible por distintas circunstancias. En este caso, estoy publicando hacia adelante - con las entradas que imagino que aparecerán como nuevas - pero también he publicado hacia atrás, completando todo el ciclo de Navidad que no había podido en su momento, por lo que si a alguien le interesa el mundo de los belenes puede echar un ojo hacia las entradas del mes de diciembre y enero, donde he publicado las que se quedaron "pendientes" de poder verse por distintas razones. 

Y para que no falte la imagen que quiero incluir en cada entrada, hoy dejo el papel y acudo a la numismática para buscara la embarcación que nos lleve a buen puerto - aunque como decía mi admirado Kavafis  - no importa el destino sino la navegación.

Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ìtaca

pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al colérico Poseidón,

seres tales jamás hallarás en tu camino,

si tu pensar es elevado, si selecta

es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.

Ni a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al salvaje Poseidón encontrarás,

si no los llevas dentro de tu alma,

si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.

Que muchas sean las mañanas de verano

en que llegues -¡con qué placer y alegría!-

a puertos nunca vistos antes.

Detente en los emporios de Fenicia

y hazte con hermosas mercancías,

nácar y coral, ámbar y ébano

y toda suerte de perfumes sensuales,

cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.

Ve a muchas ciudades egipcias

a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Mas no apresures nunca el viaje.

Mejor que dure muchos años

y atracar, viejo ya, en la isla,

enriquecido de cuanto ganaste en el camino

sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.

Sin ella no habrías emprendido el camino.

Pero no tiene ya nada que darte. 

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.

Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,

entenderás ya qué significan las Ítacas.

Poema de Konstantino Kavafis