Ya en el parvulario al coleccionista compulsivo le acechan todo tipo de peligros. Los representantes de Bimbo de mi infancia se dedicaban a repartir ositos Bimbo de cartón para engancharnos y demostrar lo buenos que eran sus productos. Bonis y Bucaneros son los dulces de mi niñez, y pintar en clase al sonriente osito panadero siempre estará entre mis mejores recuerdos.
Este que encontré al cabo del tiempo en Todocoleccion es un poco posterior - del 69 - y yo creo que es algo mayor que los que yo tuve y el tiempo se llevó.
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