Sí que parece chocante la idea de ir a la playa en Toledo, pero de hecho mi padre y mis tíos aprendieron a nadar en el Tajo a la vista de la ciudad: mi abuelo los llevaba en una barca al medio del río y los tiraba al agua atados con una cuerda para que no se fueran al fondo (¡o por lo menos sacarlos a tiempo de él!).
No hay comentarios:
Publicar un comentario