Siguiendo con los anuncios médicos que encontré en Hora XXV, traigo tres del mismo - o casi - producto.. el supositorio Rectolmín. Reconozco mi ignorancia al descubrir que uno de los suplicios habituales de mi infancia valía para todo, y hasta podía proporcionar felicidad por la expresión que tienen los sujetos de los anuncios. Además, reconozco que me hace mucha gracia la publicidad subliminal de la posición tan "apropiada" de los esquiadores para el tema de que se trata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario